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¡BIENVENID@!

¡BIENVENID@!

En este blog encontrarás las recetas que he ido descubriendo, adaptando, reinventando o creando… sin trigo, sin levaduras ni lácteos. Lo que en principio parece una limitación, se puede convertir, con un poco de cariño, imaginación y ganas de experimentar cosas nuevas en un reto apasionante que permite descubrir ingredientes y sabores antes desconocidos y ensanchar los horizontes de nuestra cocina de forma saludable y sabrosa... haciéndonos sentir que el mejor restaurante está en nuestra propia casa.

sábado, 30 de abril de 2011

Rollitos Primavera Vegetales (VG, SG)

 

Retomando la inspiración oriental hoy publico esta receta, que junto con una ensalada puede resolver una cena sencilla, saludable y sabrosa en relativamente poco tiempo.

La vi hace unos meses en la revista “Cocina Vegetariana” (Nº 9) y desde que la probamos se ha convertido en habitual en casa. Nos encanta. Si no os apetece hacerlos con relleno exclusivamente vegetal o no os gusta el tofu, podéis sustituirlo por proteína animal (carne picada, que habrá que preparar en la sartén antes, ya que las verduras se harán enseguida). No os dejéis desanimar si los ingredientes no os resultan muy familiares o el proceso os parece complicado: no lo es, enseguida se le coge “el tranquillo” y se hace rápido. Atreveos a probar.

INGREDIENTES: (para 5 rollitos)

-          8 obleas de arroz *
-          ½ repollo pequeño, troceado en juliana
-          1 zanahoria, rallada
-          75 gr de tofu (natural o ahumado), desmenuzado, u okara *
-          2 cucharadas de alga nori en copos*
-          2-3 cucharadas de aceite
-          Sal
-          Tamari*

* Las obleas de arroz se pueden encontrar ya con relativa facilidad en algunos supermercados o, en ciudades más o menos grandes, en tiendas de productos asiáticos. Yo las compro en mi supermercado habitual.

* El tofu es un ingrediente común en las dietas vegetarianas. También se encuentra ya fácilmente en algunos supermercados o, si no, en herbolarios o tiendas de productos ecológicos. La receta original proponía utilizar tofu natural; a mí, personalmente, me gusta más el sabor que le da el ahumado.

* La okara, por su parte, es la pasta resultante al triturar las habas de soja cuando se elabora leche de soja en casa. No se comercializa (que yo sepa) y se suele utilizar para elaborar hamburguesas vegetales o pasteles de distinto tipo, ya que es una fuente de proteína interesante. Cuando tengo okara fresca, la utilizo como alternativa al tofu en esta receta. El aspecto del relleno resultante es un poco diferente: la okara, al ser una pasta blanda, le da una consistencia más cremosa, mientras que el tofu se mantiene en trocitos entre el resto de ingredientes. En cuanto al sabor, no hay apenas diferencia respecto al tofu natural y tiene, igualmente, un gran valor nutritivo.

* El alga nori se encuentra también en supermercados (ya hay empresas españolas que lo comercializan).

* El tamari, como comento en otras recetas, es similar a la salsa de soja pero sin trigo, es decir, ideal para las personas con intolerancia a este cereal y celíacos.



ELABORACIÓN:

Para comenzar, se prepara el relleno. Mezclar en un bol las verduras, lavadas y troceadas, con el tofu u okara. Calentar el aceite en una sartén y saltear durante unos 3 minutos. Añadir el alga nori, remover un poco y apartar del fuego. Reservar.

A continuación se trabajan las obleas de arroz. En una fuente honda o plato grande se pone agua caliente (a la temperatura que sale del grifo) y se van remojando las obleas (de dos en dos como máximo, si no se pegan entre sí) para ablandarlas y poder manejarlas. Es necesario hacerlo con mucha delicadeza, ya que son muy frágiles.

Según se van ablandando las obleas y volviendo suficientemente flexibles (¡cuidado! si se dejan más tiempo del necesario, se romperán con mucha facilidad) se van colocando sobre un paño de algodón para que suelten el agua sobrante y podamos envolver los rollitos fácilmente. Para cada rollito utilizaremos una oblea y media. La media se coloca encima de la entera, en la parte central y en sentido vertical, para reforzar la zona donde irá el relleno y evitar que se rompa al manejarlo o freírlo.

A continuación, explico paso a paso el modo de envolver los rollitos. En este caso, en lugar de un paño he utilizado una tabla de cortar de color azul para que se viese mejor la oblea, pero recomiendo utilizar un paño.


Una vez envueltos los rollitos, se calienta el aceite (unas cucharadas sólo) en la sartén, y se van dorando con cuidado por todos los lados. Es conveniente hacer pocos de cada vez, pues la oblea es muy pegajosa y si se tocan, se pueden quedar pegados y romper o estropear.

Servir rociados con tamari y con una ensalada de lechuga y frutas, que podéis aliñar con aceite de oliva y vinagre de umeboshi.

El 2º rollito desde abajo sólo lleva una oblea (se me habían acabado):
Cómo veis, es preferible usar 1 1/2 por rollito; si no resulta muy fino y se puede romper





Receta tomada de la revista “Cocina Vegetariana” (Nº 9).

viernes, 29 de abril de 2011

Quiche de Marisco: Un Ingrediente, Dos Recetas (2)




Este es el sorprendente y sabrosísimo resultado de un inesperado experimento. Cuando hice la Sopa de Nécoras, observé que la pulpa de la verdura que había utilizado para hacer la sopa y que quedaba en el chino… ¡desprendía un olor a marisco que era una maravilla! Pensé que era una pena desperdiciarla y se me ocurrió hacer una quiche. Como fue algo que no tenía previsto, la decoración es muy simple, ya que no tuve ocasión de reservar unos langostinos para la presentación final, ni nada similar y, como era festivo, tampoco pude ir de repente a la tienda a buscar algo que me pudiera servir. Da igual, estaba buenísima… En realidad, aunque está hecha con parte de los ingredientes de la sopa, no lleva nécoras (ya que las añadí posteriormente), sino sólo la sustancia que soltaron los langostinos. El resultado: Un relleno esponjoso y suave, similar a una mousse o un paté fino con un intenso sabor a marisco… Mmmm…

Quiche de Marisco (Para un molde de 22 cm, o 2-3 personas):

La base de la quiche también fue experimental, ya que descubrí una receta que me pareció interesante en Internet y decidí probarla. Como he hecho algún cambio, os explico con detalle la elaboración pero incluyo también aquí el enlace de donde la cogí. Me gustó mucho y la seguiré utilizando en otras ocasiones.

INGREDIENTES:

Para la Masa Quebrada de la base:

- 125 gr de harina integral de espelta ecológica
- 125 gr de harina blanca de espelta ecológica
- Sal (al gusto)
- Albahaca seca (al gusto)
- 80 ml de aceite de oliva
- 90 ml de agua

Para el Relleno de Marisco:

- Un bol de pulpa de verduras resultante de la elaboración de la Sopa de Nécoras
- 3 huevos
- Un chorro de leche de soja ecológica
- Sal (al gusto)
- Pimienta

ELABORACIÓN:

Precalentar el horno a 200º, con calor inferior y superior.

En un bol mezclar todos los ingredientes de la masa quebrada, volcarlos sobre la superficie de trabajo y amasar un poco. Poner la bola de masa en el bol, tapada con un paño, durante una media hora. Al cabo de este tiempo, estirar con el rodillo y forrar el molde con la masa.  

La masa, justo antes de hornear
A continuación,  hornear un poquito “en vacío” para que coja algo de cuerpo y no se humedezca demasiado al echarle el relleno, que es relativamente líquido. Vigilar bien, se trata sólo de unos minutos y no conviene que se pase, si no luego quedará demasiado dura.

La base, horneada "en vacío"
Mientras tanto, preparamos el relleno.

En un bol se baten los huevos con la batidora de varillas. Se agrega la pulpa de verduras y se vuelve a batir. Según lo espeso que se vea el conjunto, se va añadiendo la leche de soja, poco a poco, hasta conseguir la textura adecuada, como una crema de verduras ligerita. Finalmente, salpimentar.

Textura final del relleno antes de hornear
En este caso, yo no quise añadir ninguna especia ni hierba aromática más para no anular el sabor del marisco, que prometía.


Rellenar la base con este relleno y hornear hasta que se vea la base doradita y hecha y el relleno cuajado y con un bonito color (unos 35 minutos en mi horno). Respecto a esto lo mejor es ir controlando el punto de cocción, ya que cada horno responde de forma diferente. La próxima vez que la haga, yo probaré a hornear a 180º, como decía la receta original, para ver la diferencia.

Finalmente decoré con una hoja de albahaca fresca.


Estaba, francamente, deliciosa.



miércoles, 27 de abril de 2011

Sopa de Nécoras: Un Ingrediente, Dos Recetas (1) (SG)

Las nécoras, ya cocidas

El otro día nos regalaron unas nécoras (o, como les llamamos en Asturias, “andaricas”) y como eran bastantes y de buen tamaño, me dieron para hacer unas cuantas cosas, a cada cual más rica. De todos modos, os diré que si algo hemos comprobado con esta experiencia es que estos crustáceos… muy fotogénicos no son (lo cual nos ha dado para unas risas, dicho sea de paso). Vaya, que me he estado peleando con las fotos a ver si alguna me convence un poco más, pues no han salido muy bien y no hacen justicia a los platos, que estaban exquisitos. Es una pena, pero como considero que lo importante es la receta, no le voy a dar más vueltas y os dejo con la sopa. En futuras entradas publicaré las otras cosas que he hecho utilizando este mismo ingrediente.


Sopa de Nécoras o Andaricas (Para 3-4 personas)

Esta receta es de un estupendo restaurante local y resulta magnífica.

INGREDIENTES:

-         5 nécoras
-         8 langostinos, pelados
-         Las cabezas de los langostinos
-         1 cebolla
-         1 puerro
-         1 zanahoria
-         1 diente de ajo
-         4 tomates maduros
-         Un chorro generoso de vino blanco (yo he utilizado Ribeiro)
-         Un “chorrín” de brandy
-         Miga de pan
-         Sal
-         Fumet de pescado 

ELABORACIÓN:

Lavar las andaricas y cocerlas en agua con una hoja de laurel. Si las andaricas están vivas, se cocerán en agua fría y si están muertas, en agua caliente. A partir del momento en que empiece a hervir el agua, se cocerán durante unos 8 minutos. Procurar que no se pasen.

Rehogar en un poco de aceite la cebolla, el ajo, el puerro y la zanahoria. Cuando esté listo, añadimos el tomate, troceado, y dejamos que se haga. Incorporamos el vino blanco y el brandy, la miga de pan, el fumet de pescado y los langostinos, con las cabezas separadas del resto (sí, es un poco macabro, lo sé... se hace así para que den más sabor). Si se hace en olla rápida, coceremos durante unos 20 minutos a partir del momento en que comienza a salir vapor de la válvula; si es en una cazuela normal, necesitaremos el doble de tiempo.

Una vez listo, se retiran los cuerpos de los langostinos y se pelan, desechando las cabezas. El resto de la sopa se pasa por el chino, reservando la pulpa de las verduras que queda en él para preparar la próxima receta que publicaré de esta serie.

Colocar el caldo resultante en la cazuela de nuevo, añadir las andaricas partidas por la mitad y los langostinos y cocer 10 minutos más a fuego medio-lento. Servir… ¡Y a disfrutar de la mejor cocina en nuestro restaurante particular!


Fumet de Pescado (SG)


Este es el fumet que utilizo siempre en mis platos de pescado por lo sencillo y práctico que es. Suelo preparar bastante cantidad y lo congelo en tuppers para luego poder utilizarlo en cualquier momento. 

Me temo que hoy no puedo aportaros foto, ya que no me acordé de hacerla. Para la próxima, intentaré estar pendiente y agregarla a esta entrada. De todos modos, para que no quede esto tan soso, de momento os dejo una con aire marinero que me ha cedido generosamente mi hermano.


INGREDIENTES:

-         2 l agua
-         1 cabeza y espinas de pescado blanco (yo suelo utilizar merluza o rape)
-         1 puerro
-         1 tomate, cortado a la mitad
-         1 cebolla
-         Perejil en rama (al gusto)
-         Sal
-         Pimienta negra entera (unos cuantos granos)

ELABORACIÓN:

Poner todos los ingredientes en una cazuela grande. Hervir a fuego lento durante unos 45 minutos o, si preferís, en olla rápida unos 5 minutos a partir del momento en que sale vapor de la válvula. Pasar por el chino, que se habrá cubierto con un paño fino de algodón con el fin de eliminar cualquier impureza y clarificar bien el caldo. Una vez hecho esto, estará listo para usar.


Receta tomada de un programa de TV de Karlos Arguiñano.

domingo, 24 de abril de 2011

Pastel de Manzanas (VG)



csc3 TapasCon esta receta, elaborada sin trigo, lácteos ni levaduras, participo en el evento culinario vegetariano Cocinamos sin Crueldad (CSC#4). Este mes, Baby Jane, de La Finestra Vegana nos propone crear un plato de pic-nic. Yo os sugiero una sencilla receta de pastel de manzana que me encanta. Se trata de una base de masa quebrada muy sabrosa y crujiente rellena de compota de reinetas. Apenas lleva azúcar, así que resulta muy saludable y nada empalagosa, realzando el sabor de la fruta. Los muy golosos quizás prefiráis endulzar un poco más el relleno. Es cuestión de gustos…

Bien, pues con nuestro pastel de manzana, nuestro mantel de cuadros y nuestro cestito de mimbre nos podemos poner en marcha… o… si os pasa como a nosotros aquí, que el día anda algo mustio, cambiamos de tercio, lo engalanamos un pelín y lo compartimos con un rico café al calor del hogar. En ambos casos… delicioso.



INGREDIENTES:

Para la Masa Quebrada:

Los mismos que para el Pastel Rústico de Peras, en las mismas cantidades. En este caso he utilizado mitad de harina blanca y mitad integral, ambas de espelta ecológica.

Para el Relleno:

-          5 ó 6 manzanas reineta gris, peladas y en láminas
-          Una pizca de sal
-          Una rama de canela
-          Unas cucharadas de agua


ELABORACIÓN:

Empezamos por preparar el relleno, que no es otra cosa que una compota de manzanas sencillísima pero resultona.

En una cazuela ponemos a cocer a fuego mínimo las manzanas con la sal y la canela en un fondo de agua (no mucha, sólo para que no se peguen y suelten todo su sabor). Se hará en unos 10 minutos, ya que las reinetas son de pulpa blandita. Una vez listas, cuando se hayan ablandado pero no necesariamente deshecho (a mí me gusta que queden trocitos, tiernos pero visibles), retiramos del fuego y reservamos para que enfríen.

Precalentar el horno a 200º.

Para elaborar la masa quebrada seguimos las instrucciones que doy para la base del Pastel Rústico de Peras. Puede que no necesitemos todo el aceite, así que medimos la cantidad justa de las harinas y luego agregamos unos 75 ml de aceite y añadimos poco a poco según vayamos viendo que la masa lo pide. Con el agua ocurre algo parecido, así que añadimos cucharada a cucharada hasta lograr el punto adecuado: una masa no grasienta que liga.

Hoy andaba un poco justa de tiempo, así que en lugar de refrigerar la masa en la nevera, la he puesto un ratito en el congelador, ya estirada y colocada en el molde, previamente engrasado con un poco de aceite.

A la media hora, más o menos, sacamos la base y la rellenamos con la compota templadita o fría. Horneamos durante una media hora aproximadamente o cuando se vea la base doradita y crujiente y la compota ligeramente tostadita y muuuy apetitosa. Servir templada o fría.



Receta de la base adaptada de www.dessertsmagazine.com
Receta del relleno tomada del libro Manual de Cocina para la Felicidad, de Monjes Budistas (Ed. Aguilar).

martes, 19 de abril de 2011

Maragatos de Ramos (Asturias) (V, SG)


Con esta receta, elaborada sin gluten, sin levaduras ni lácteos, participo en el evento culinario HEMC#53.

hemc 53 - dulces de semana santaCuando Mari Luz, de Hoy no sé qué cocinar, planteó como reto HEMC para este mes dulces de Semana Santa de cada zona, me propuse participar con algo que a mí me fuese realmente significativo, algo que asociase exclusivamente con estas fiestas. Y me costó encontrarlo. Dulces de Semana Santa hay muchos, pero algunos son comunes a otras zonas o se han popularizado tanto que se comen en cualquier época del año. Finalmente di con lo que buscaba… ¡Maragatos de Ramos! Esos sí que son sólo de Semana Santa y creo que son algo bastante específico de esta zona.

Los maragatos son unos muñecos de masa de galleta de consistencia muy dura que los niños cuelgan, tradicionalmente, de los ramos de laurel (u olivo) el Domingo de Ramos. Así decorados, se llevan a la misa de Ramos y después de ésta, una vez bendecidos, se comen junto con las rosquillas, que también es tradición colgar. Cuando yo era pequeña, los niños solían rivalizar para ver quién llevaba el ramo más grande y se comían los maragatos y rosquillas unos a otros, con lo cual a la hora de llegar a la iglesia la decoración arbórea podía haber quedado ya significativamente mermada. Hoy en día, se continúa con esta tradición y las confiterías locales confeccionan y venden rosquillas y maragatos el Domingo de Ramos.

Maragato tradicional de confitería
Ya os he puesto en situación, pero tengo que decir que aunque estaba muy satisfecha con mi idea dulce, me quedaba la segunda parte… encontrar la receta. Y no es fácil. Los maragatos no son un producto de repostería casera cuya receta se hereda de generación en generación, se hacen exclusivamente en las confiterías para esta fecha. Y la receta no constaba tampoco ni en ninguno de mis libros de cocina asturiana… ¡ni en Internet! Ni siquiera pude encontrar referencia alguna a ellos. Así que decidí hacer un pequeño trabajo de campo e investigar… me fui a una confitería, donde descubrí que tenían dos versiones de maragato: la de colgar, con el agujerito para el hilo y hecho con la masa tradicional (que por cierto, el recuerdo que tengo de mi infancia es que  buena, lo que se dice buena, no estaba; era muy dura, para que aguantase nuestros trasteos, supongo, y más bien insípida) y una segunda versión que, al parecer, está de vicio y ha sido ideada sólo para comer. Esta última, me comentaron, está basada en la masa de pastas de mantequilla para el té. Vale… y entonces… ¿Qué? Mis maragatos no pueden incluir ni trigo, ni lácteos…

Después de dar muchas vueltas y descartar la idea de adaptar las pastas de mantequilla, decidí hacer una versión propia y libre de los maragatos. Para ello he recurrido a una receta que me “salió” un día por despiste mientras planeaba hacer otra cosa diferente y cuyo resultado fue tan bueno que decidí tomar buena nota del “despiste” para poder repetirlo a voluntad. El resultado no puede ser mejor: una vez frías, las galletas son lo suficientemente duras como para colgar del ramo, pero además… ¡están buenísimas! De hecho, como vais a observar en la explicación de la receta, entre la fase de horneado y la de decoración… desaparecieron misteriosamente unos cuantos maragatos…

Maragatos de Ramos, versionados
Tengo que decir que me lo he pasado pipa desde el principio de esta aventura de Semana Santa… pasando por la elaboración y decoración de los maragatos… y culminando con la degustación… ;) Esto de los retos está estupendo.


INGREDIENTES: (Para unos 14 maragatos)

Para las galletas:

-          250 gr de almendra molida
-          200 gr de azúcar (yo he utilizado “mascobado”)
-          Ralladura de ½ limón
-          1 clara de huevo
-          1 yema

Para la glasa:

-          1 clara de huevo
-          Entre 200 y 250 gr de azúcar glas (aproximadamente)

ELABORACIÓN:

Precalentar el horno a 170º con calor por la parte superior e inferior.

Mezclar primero en un bol la almendra con el azúcar y la ralladura hasta que quede todo bien integrado.


Volcar la mezcla sobre la superficie de trabajo en forma de volcán y, haciendo un hueco en el centro, verter en él la clara, que se irá trabajando poco a poco con la almendra hasta que la masa ligue y se pueda manejar. El azúcar “mascobado” le dará un color oscuro a la masa; si utilizamos azúcar blanco, será dorado pálido.


A continuación, se espolvorea  la superficie de trabajo y el rodillo con harina de arroz y se aplana la masa (no se podrá estirar, ya que es una masa bastante frágil y se desmenuza con facilidad), dejándola de un grosor de 1 cm aproximadamente y, con un molde de cortar galletas en forma de hombrecillo, se van formando los maragatos y colocando en una bandeja de horno. Finalmente, se barnizan con la yema de huevo, que habremos removido previamente con un tenedor.

Hornear aproximadamente durante 13-14 minutos o hasta que tengan un bonito color dorado y se vean hechas. Es conveniente vigilar el punto de cocción porque en cuestión de un minuto se pueden pasar.

Dejar enfriar sobre una rejilla.


Cuando estén fríos los maragatos, los decoraremos. Para ello, preparamos la glasa. En un bol ponemos la clara y la montamos a punto de nieve con la batidora de varillas. Cuando ya esté lista, vamos agregando el azúcar glas a cucharadas y batiendo hasta terminar. La cantidad de azúcar que se necesita puede variar bastante dependiendo de factores como la cantidad de clara (según el tamaño del huevo) o la humedad ambiental. Hay que ir añadiéndola poco a poco a partir de los 200 gr hasta cogerle el punto necesario, que es cuando la glasa ya tiene cierta consistencia y tarda en caerse de las varillas. Yo hoy he tenido que utilizar casi los 250 gr pero no siempre es así.

Con una cuchara vamos metiendo la glasa en una manga pastelera con boquilla lisa y redonda muy fina. Yo simplemente he utilizado una manga de plástico desechable y le he cortado la puntita un poco según el grosor de línea que me interesaba. Le he puesto una pinza de clip en la parte superior para que me resultara más cómoda de manejar, he hecho alguna prueba sobre un plato y ¡allá me he puesto a decorar mis maragatos! No he coloreado la glasa porque soy intolerante a los colorantes y, además, como la masa es oscura, creo que le queda bien el blanco, pero con una masa más pálida podría hacerse. La verdad es que las líneas me han quedado un poco irregulares porque me costaba mantener el pulso con un trazo tan fino pero creo que han quedado graciosos.


Se deja secar la glasa… ¡¡Y listos para colgar del ramo… o zampárselos sin más preámbulos!!



NOTA: Estas galletas no se conservan bien en ambientes húmedos (como es el caso donde yo vivo), ni siquiera en cajas de lata, así que lo mejor es hornear y decorar pronto y comérselas en el día o en dos días… No os preocupéis, no hace falta mucho esfuerzo, os lo aseguro.

sábado, 16 de abril de 2011

Caballa al horno con patatas (SG)

Este es un plato muy sencillo y sabroso.

INGREDIENTES: (para 2 personas)

- 2 caballas, fileteadas (abiertas y sin espina central)
- 3 patatas, cortadas en rodajas finas
- 1 cebolla mediana
- ½  pimiento verde
- Perejil (al gusto)
- Un chorrito de vino blanco
- Caldo de pescado o verduras
- 2 dientes de ajo
- Sal
- Aceite de oliva (virgen extra)

ELABORACIÓN:

Precalentar el horno a 190º.

Freír ligeramente las patatas en abundante aceite y colocarlas en el fondo de una fuente de horno.

En la misma sartén, con un poco de aceite, rehogar la cebolla, el pimiento verde y el perejil.  Cuando ya estén un poco hechos, añadir el vino blanco y un poco de caldo de pescado o verduras (o agua). Dejar que se hagan un poco más y cojan el sabor del vino y el caldo.

Sobre las patatas de la fuente, ir colocando las verduras rehogadas con su líquido. Sobre éstas, las caballas.


Aparte, machacar en un mortero el ajo y perejil. Añadir un chorrín de aceite y mezclar bien. Verter el majado por encima del pescado y hornear durante unos 15 minutos o hasta que esté suficientemente hecho.



Receta tomada de un programa de TV de Karlos Arguiñano.

miércoles, 13 de abril de 2011

Verduras Salteadas en Wok (VG, SG)

Como ya habréis notado a pesar de las pocas recetas que aún he publicado, me gusta probar sabores de otras tierras y viajar desde mi cocina. Hoy traigo un plato de wok que me gusta hacer para cenar. Se hace en un momento y es muy agradecido. El “quid” está en cogerle el punto de cocción a las verduras, que han de quedar crujientes pero “al dente”, no crudas. Es importante cortarlas del modo que indico y respetar los tiempos de salteado.



INGREDIENTES: (para 2-3 personas)

-         1 diente de ajo
-          Jengibre en polvo  o un trozo de jengibre fresco (al gusto).
-          1 cebolla
-          ½ pimiento rojo
-          ½ pimiento verde
-          100 gr champiñones
-          2 zanahorias medianas
-          ½ brécol pequeño
-          ½ coliflor pequeña
-          1 ½ cucharada de tamari*
-          1 cucharada de vinagre de manzana
-          ½ cucharada de azúcar moreno (“panela” o “mascobado”)
-          Aceite

-    75 gr de arroz basmati por persona
-    el doble de volumen del arroz en agua

* Para los intolerantes al trigo es imprescindible utilizar tamari (si es ecológico, mejor) y no la salsa de soja que habitualmente se encuentra en los supermercados ya que, aunque parecen similares, el primero no contiene trigo pero la segunda sí. Como es un condimento salado, yo prefiero no añadir sal a las verduras, aunque sí al arroz que sirve de acompañamiento.

ELABORACIÓN:

Es conveniente preparar todos los ingredientes antes de empezar, ya que el cocinado en sí es bastante rápido y conviene hacerlo con cierta precisión para que las verduras queden en el punto justo y no se hagan de más.

Lavar bien las verduras y champiñones.

Aparte, podemos ir preparando el arroz. Lavarlo bien bajo el grifo para quitarle el almidón y cocerlo a fuego mínimo, una vez que el agua empiece a hervir, hasta que ésta se haya evaporado.

Picar el ajo. Cortar la cebolla en trozos regulares de 1 ½ cm. Hacer lo mismo con el pimiento rojo y verde. Cortar las zanahorias en rodajas finas. Laminar los champiñones y separar el brécol y la coliflor en ramitos pequeños (imprescindible para que queden “al dente” y no crudos).


Echar en el wok unas dos cucharadas de aceite y dejar calentar. Rehogar el ajo, la cebolla, el jengibre (si es fresco, se habrá picado previamente) y los pimientos durante unos 2 minutos a fuego fuerte, removiendo con frecuencia.

Agregar la zanahoria y continuar rehogando, a fuego algo más bajo, durante unos 4 minutos.

Añadir el brécol y la coliflor, subiendo el fuego de nuevo y agregando un poco de agua. Agregar el vinagre, el tamari, el azúcar y saltear durante 1 minuto más.


Finalmente, incorporar al wok los champiñones, saltear un poco más y servir inmediatamente acompañado de arroz basmati hervido.



Receta tomada del librito "Recetas con Wok", de H. Kliczkowski.