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¡BIENVENID@!

¡BIENVENID@!

En este blog encontrarás las recetas que he ido descubriendo, adaptando, reinventando o creando… sin trigo, sin levaduras ni lácteos. Lo que en principio parece una limitación, se puede convertir, con un poco de cariño, imaginación y ganas de experimentar cosas nuevas en un reto apasionante que permite descubrir ingredientes y sabores antes desconocidos y ensanchar los horizontes de nuestra cocina de forma saludable y sabrosa... haciéndonos sentir que el mejor restaurante está en nuestra propia casa.

martes, 31 de enero de 2012

Frixuelos (Crepes) Rellenos con Salsa de Champis (OV, SG)





























La foto no le hace justicia a este plato, que nos encanta. Esto es lo que tiene publicar lo que se prepara entre semana, en medio de las exigencias de los horarios laborales y demás, cuando una no se puede permitir buscar una buena foto para la receta, sino simplemente sacar rápidamente una foto medianamente decente al plato que se tiene que servir ya... :|

Los frixuelos (o crepes) son un clásico de la cocina de muchos lugares, entre ellos de la asturiana. Aquí se suelen servir como postre, en su variedad dulce, sencillos o con diversos rellenos. Ya hace tiempo publiqué una versión de este postre que nos gusta mucho a nosotros, los frixuelos de nuez

Lo que propongo hoy es una variante salada para rellenar. La masa no puede ser más sencilla pero el resultado es buenísimo... muy rico y tierno. Una delicia.

Para el relleno, en este caso he hecho una salsa de champis con nata pero el campo está abierto a la imaginación (diversas verduras o pescado, pollo...). Yo otras veces he utilizado este recurso para aprovechar restos de otros platos como relleno, la última vez unos garbanzos con espinacas (yo los hago de tenedor, sin caldo) con los frixuelos salseados con una salsa de tomate casera y ... Mmmmm... estaban buenísimos también.  Se pueden servir directamente o  gratinar antes, pero como yo no utilizo queso los prefiero tal cual.

INGREDIENTES:

Para los frixuelos: (salen unos 4-5 de buen tamaño, como para 2 personas de buen diente)

- 100 gr de harina de arroz (eco)
- 2 huevos
- 250 ml de leche de almendras (de sabor neutro, yo he utilizado la que hago en casa)*
- sal
- pimienta blanca
- nuez moscada
- perejil fresco, picado fino

Para el relleno:

- 4 champiñones Portobello de buen tamaño, cortados en láminas finas
- 2 dientes de ajo, picados muy finos
- un chorro de vino blanco
- 100 ml de nata vegetal (eco)
- sal
- pimienta blanca
- perejil fresco, picado fino

* ¡OJO! Estos frixuelos son salados, no se puede utilizar una leche azucarada o aromatizada, que es lo que ocurre con la mayoría de las industriales... :|  Se puede recurrir a otro tipo de leche vegetal pero para mí ésta es la combinación perfecta para una masa deliciosa. Otras leches de sabor neutro y otras harinas dan resultados buenos también pero diferentes en cuanto a sabor y textura.

ELABORACIÓN:

Para comenzar, se prepara la masa de los frixuelos. 

En un bol se mezclan los huevos y la leche, batiendo con las varillas. Se añaden la sal, pimienta y nuez moscada (al gusto). A continuación, se añade la harina y se mezcla todo bien hasta que la harina se integre bien y quede una masa homogénea. Finalmente, se agrega el perejil y se deja reposar el conjunto mientras se prepara el relleno.

En una sartén con un poco de aceite se pone el ajo. Cuando esté blandito, se agregan los champis, y se dejan hacer hasta que reduzcan su tamaño y se ablanden. Entonces se agrega el vino y se deja evaporar un poco. Luego, se incorpora la nata, se salpimenta y se deja hacer un ratín, hasta que la salsa tome un color beige oscuro y espese un poco. Entonces, se espolvorea con el perejil y se reserva, manteniéndolo caliente.

Es el momento de ir haciendo los frixuelos. Para ello se pone un pelín de aceite en una sartén y se calienta. Cuando está listo, se vierte la suficiente masa (la revolvemos bien antes, para que no se nos quede la harina en el fondo del bol) como para cubrir el fondo de la sartén, nada más. No queremos tortitas, sino frixuelos finos y tiernos... :)

Se deja hacer un ratín, sin tocarlo, hasta que se vea que va tomando cuerpo y dorando un poco. Entonces se le da la vuelta y se deja hacer por el otro lado. Cuando está listo, se coloca en un plato y se tapa para que no pierda calor mientras se preparan los siguientes.


Cuando ya hemos terminado de hacer todos los frixuelos, los vamos rellenando con los champis, los plegamos sobre sí mismos en forma de media luna y los colocamos en la fuente de servir. Los salseamos con un poco de salsa de los champis y... ¡A disfrutar!

miércoles, 25 de enero de 2012

Estofado de Fabas y Castañas (VG, SG)


Esta receta la tenía preparada para publicar desde mediados de otoño pero por distintas razones he ido dando prioridad a otras y ésta, pobre, se me había quedado en la carpeta de "Borradores", eternamente pendiente. Así que ya va siendo hora de que le preste atención.

Se trata de algo tan sencillo y tan de esta tierra como unas fabas estofadas a las que se añaden unas castañas. Una combinación, sin embargo, que me resultó sumamente novedosa cuando, no hace mucho, mi madre me pasó la receta. Inmediatamente decidí probarla, ya sabéis cómo son estas cosas... te entra una receta por el ojo y ¡ya! te pones manos a la obra. 

Las he probado con y sin miso (ya sabéis que me gusta mucho añadirlo a las legumbres de cuchara) pero como las castañas le dan un ligero aire dulce al plato, en este caso las prefiero sin miso, para no mezclar demasiados sabores. El resultado es un plato de fabas con un toque diferente y muy nutritivo. ¿Os animáis?

INGREDIENTES: (Para 3 personas)

- Fabas (previamente puestas en remojo durante toda la noche). La verdad es que no me acordé de pesarlas antes, siempre las echo a ojo pero calculo que pueden ser unos 250 gr.
- 1 puñadín de castañas
- 1 hoja de laurel
- azafrán
- sal
- 1/4 pimiento rojo, cortado en cuadraditos pequeños
- 1/4 pimiento entreverado, cortado igual
- 1-2 dientes de ajo, picado muy fino
- 1 cebolla pequeña, bien picada
- aceite de oliva (virgen extra)
- perejil fresco (al gusto), picado 
- 1 trozo de alga kombu o wakame 



ELABORACIÓN:


Hacer un corte a las castañas como cuando se van a asar y escaldar en agua hirviendo durante unos 5 minutos. Cuando enfríen lo justo para poder manipularlas, pelarlas con cuidado, quitándoles la corteza exterior y la piel interior más fina. 

Mientras se escaldan las castañas, se pone en marcha el estofado. En una cazuela (yo suelo utilizar olla rápida) se pone un poco de aceite y se rehoga la cebolla. Cuando empiece a estar transparente, se añaden los pimientos y el ajo y se sigue rehogando todo.

Una vez listo, se agregan las fabas y las castañas, se cubren de agua (en la que se habrá disuelto el azafrán en polvo) y se añade el laurel, el alga y la sal. Se cuecen hasta que están tiernas (en olla rápida son unos 15-18 minutos). Transcurrido este tiempo, a mí me gusta pasar las fabas (y otros platos de legumbres también) a una cazuela de barro y dejarlas cocer lentamente un ratín más antes de servir para que espesen y se asienten un poquitín. Espolvorear con perejil fresco picado... ¡Y a la mesa!

NOTA: 

Si se hacen en una cazuela normal, se les pone agua fría y se llevan a ebullición; en ese momento, se baja el fuego y se dejan cocer lentamente un poco destapadas. Las fabas siempre tienen que estar cubiertas de agua, así que según se va evaporando, puede hacer falta ir añadiendo, poco a poco, agua fría. En este tipo de cocción  la sal y el azafrán se añaden cuando las fabas ya están tiernas y se siguen cociendo, despacio, un rato más para espesar el caldo.


Con un arroz con leche al estilo tradicional 
(pero con leche vegetal, claro) de postre, 
el complemento ideal...

sábado, 21 de enero de 2012

Croquetas Vegetarianas de Lentejas (OV, SG)

En casa apenas comemos proteína animal, así que una de las formas de asegurarnos un aporte suficiente de proteína de calidad es preparando legumbres con frecuencia. Procuro variar el tipo y la preparación pero a veces nos sobran y en lugar de volver a presentarlas del mismo modo busco alternativas, algunas de las cuales ya han salido en el blog (platos de cuchara, ensaladas, hamburguesas, purés...) y otras irán apareciendo poco a poco. 

Esta vez tenía unas lentejas rojas estofadas  y se me ocurrió hacer unas croquetas con ellas, a ver qué pasaba. Y nos gustaron... por eso están aquí.

Me gustó mucho la textura (con los trocitos de verdura y alga, no las pasé por la batidora) y el sabor resultó muy suave. Como las lentejas ya llevaban especias, no quise añadir mucho más esta primera vez, pero se puede, según el gusto de cada uno.

Para este plato he utilizado lenteja roja (o coral), que tiene un sabor y textura suaves y un color muy bonito (no es tontería). Creo que con lenteja castellana, pardina u otra variedad similar no quedaría igual de bien. No nos podemos olvidar de que con la vista se come... ;)

La okara no es imprescindible pero el arroz sí, para completar la proteína de las lentejas y darles consistencia.

No he puesto cantidades porque es un plato hecho con sobras, lo importante es cogerle el punto a la masa para poder moldearla.


INGREDIENTES:


- Lentejas rojas estofadas y frías (yo las hago según esta receta que ya he publicado pero sin hacerlas puré)
- Arroz blanco, para ayudar a compactar las croquetas
- Un poco de okara de soja* (opcional); yo he utilizado como 2-3 cucharadas.
- Harina de maíz** (he utilizado la torrada, pero en su defecto se puede emplear la normal), para rebozar
- 1 huevo batido, para rebozar
- Pan rallado S/G y sin levadura (en otras palabras, hecho en casa)
- Aceite de oliva virgen extra, para freír

* Para más información sobre la okara, ver en la barra lateral derecha "Sobre los Ingredientes de mis Recetas".

** A nosotros nos gusta mucho la harina de maíz para rebozar, me parece infinitamente mejor  en cuanto a resultados de sabor y textura que la de trigo u otras aptas (de arroz, por ejemplo). Otras que también me gustan mucho son la de garbanzo y la de soja, por este orden.

ELABORACIÓN:

Escurrir bien las lentejas de su caldo y ponerlas en un bol. Agregar arroz suficiente para ayudar a compactar las croquetas y la okara (si es el caso). Salpimentar y añadir un poco de nuez moscada (u otras especias al gusto). Si es necesario, añadir un poco de pan rallado para espesar. Dejar reposar la masa en la nevera para que coja consistencia.

Una vez fría y más espesa, sacar de la nevera, coger porciones con una cucharada sopera y modelar las croquetas con las manos, haciendo rodar la bola de masa por la harina para que no se deshaga luego. Pasar por el huevo batido y el pan rallado. Dependiendo de cómo esté de espesa la masa será más o menos difícil de manejar pero de todos modos no resulta tan fácil como con bechamel. 

Freír en bastante aceite caliente hasta que estén doradas y crujientes, escurrir sobre papel absorbente y servir... 


miércoles, 18 de enero de 2012

Tarta Vegana de Yogur (VG, SG)


La verdad es que a juzgar por mis últimas entradas da la impresión de que en casa nos alimentamos exclusivamente a base de dulces... 

La tarta de queso era otro de mis favoritos "en mi vida anterior". Pasado algún tiempo, encontré este modo de reemplazar una de sus variedades que me gusta mucho. 

Para elaborar la crema utilizo los yogures que considero más saludables dentro de los que yo puedo tomar, aunque si tuviera más opciones elegiría un yogur de sabor más neutro (tipo Sojade, que además tiene una consistencia más similar al requesón, o yogur natural de soja hecho en casa). Como los yogures que yo empleo ya son bastante dulces (aunque no azucarados), no añado endulzante alguno, cosa que quizás habría que hacer en otros casos.

Como base para la tarta, solía hacer la tradicional de galleta con distintas variantes pero desde hace una temporada estoy buscando alternativas y esta vez me he aventurado con ésta, a base de nueces y dátiles, que me ha gustado mucho y continuaré utilizando en el futuro. Las nueces garantizan el aporte de grasa sin tener que añadirla y los dátiles le dan el toque dulce. La combinación de ambos da lugar a una base suficientemente compacta para que tome cuerpo y no se deshaga al servir y, al mismo tiempo, con un sabor muy bueno...  ;)

Una vez más la versión alternativa, además de estar muy rica, resulta al final más saludable que la original. :))

INGREDIENTES:

Para el relleno:
- 3 yogures de soja naturales* (=475 gr)
- 175 ml de leche de soja (u otra leche vegetal)
- 1 1/2 cucharadas soperas de agar-agar en copos**

- Mermelada de fresas, frambuesas, arándanos, frutos del bosque, etc.

Para la base:
- 175 gr de nueces peladas
- 75 gr de dátiles (pesados enteros y deshuesados luego)


NOTAS: 
* El tipo de yogur que se utilice determinará totalmente el sabor de la tarta. Yo empleo éste para hacer postres porque me parece de los más sanos que puedo tomar (soja no transgénica y endulzado con zumo de frutas) pero tiene un sabor bastante característico que puede gustar o no, así que la elección del yogur depende del gusto y las necesidades de cada uno. En otras ocasiones he utilizado la misma marca con sabor a melocotón y también nos gusta mucho. No añado azúcar porque este yogur ya es suficientemente dulce. Con yogures de sabor más neutro puede interesar añadir también 2-3 cucharadas de zumo de limón para aromatizar.

** Si se utiliza agar-agar en polvo sería menos cantidad, ya que es más concentrado. 



ELABORACIÓN:


Poner en la picadora/robot de cocina las nueces y los dátiles y triturar bien hasta que se forme una mezcla parecida a la de la tradicional base de galletas que se pueda aplastar sin que se desmigue. Poner en el molde que vayamos a utilizar y presionar bien con las manos para que no se deshaga luego (yo forré el molde con papel de horno para poder desmoldar con facilidad). Dejar enfriar en la nevera mientras se prepara el relleno.


Poner la leche en un cazo con el agar-agar y, sin dejar de remover, hervir unos 2-3 minutos a fuego medio. Añadir los yogures (y el zumo, en su caso) y remover un poco más al fuego para que se integre todo bien. Retirar y dejar enfriar un poco.


Verter sobre la base de nueces y meter en la nevera hasta que cuaje (tarda una hora aprox.). 


Cuando esté cuajada, cubrir con mermelada al gusto. Esta vez yo he utilizado rapsodia de 4 frutos (endulzada con concentrado de uva) pero en otras ocasiones he utilizado mermelada de tomate casera y está bueníiiisima. Dejar enfriar de nuevo un rato y servir. ¡Que aproveche! :)






La receta del relleno de esta tarta la tomé hace ya tiempo de www.facilisimo.com. No he podido localizar el enlace concreto.

sábado, 14 de enero de 2012

Tiramisú "Alternativo" (OV)

Tiramisú "alternativo". O sueño hecho realidad. Eso es lo que significa el postre que podéis ver en la foto para mí.

El tiramisú es, sin lugar a dudas,  mi postre favorito desde hace un buen puñado de años. Sencillamente me encanta. 

Con estos antecedentes, podéis imaginaros lo que supuso para mí la intolerancia a los lácteos... ¡fuera mascarpone! y con él, mi querido tiramisú... Desde entonces, he buscado diferentes alternativas pero ninguna me convencía... Hasta que hace unas semanas descubrí en el blog Dimensión Vegana una idea radicalmente diferente a las que había visto o imaginado hasta entonces. Me pareció buenísima y decidí probarla inmediatamente. ¡¡Me encantó!! :))) Esa primera vez lo hice con galletas a modo de prueba, pero me gustó tanto que la segunda vez -a la que corresponden las fotos- ya decidí ponerme  manos a la obra  en serio y hacer unos buenos bizcochos de soletilla para un tiramisú que se merecía todo el esmero. (Si queréis hacer que sea completamente vegano podéis utilizar una base de bizcocho vegana -en Dimensión Vegana tienen una, sin ir más lejos).

No os engaño si os digo que éste no desmerece en absoluto al original. No sabe exactamente a mascarpone, no, pero ¡ni falta que le hace! está de vicio. El aspecto es el mismo, la textura muy, muy similar (y mejora de un día para otro) y el sabor... delicioso.

Prueba conseguida. Lo único que echaba de menos en mi dieta ya no es una quimera, sino un plato que puedo preparar siempre que me apetezca con ingredientes que siempre tengo a mano, incluso aún más saludables que los de antes. Una gota de felicidad en el mar de la vida :)


INGREDIENTES: (para un molde rectangular de 19x24 cm)


- 900 ml de leche de soja
- 300 gr de almendra molida
- 200 gr de azúcar integral de caña (panela)
- 2 cucharadas de agar-agar en copos
- 16 bizcochos de soletilla (aprox.)
- 2 cucharadas de licor de almendras (Amaretto) o de avellanas (opcional)*
- cacao en polvo puro S/G, sin azúcar, sin aditivos (según gusto)
- café solo (yo he utilizado como una taza tipo "mug")


* Se puede sustituir por vainilla para aromatizar si lo van a tomar niños.




ELABORACIÓN:


Poner en un cazo 450 ml de leche de soja con la panela, el licor y el agar-agar y calentar.

Mientras tanto, en un robot de cocina o batidora de vaso, batir la almendra con 450 ml de leche de soja.

Cuando empieza a estar caliente la leche del cazo, añadir la mezcla de almendra y leche y remover bien. Dejar que hierva, removiendo con frecuencia para que el agar-agar se disuelva bien y continuar hirviendo unos 3-4 minutos más (es necesario para que el alga gelatinice adecuadamente). Pasado este tiempo, retirar del fuego y dejar templar un poco.

Mientras, tanto, ir mojando los bizcochos, uno a uno, en el café y colocándolos en el molde hasta cubrir todo el fondo. Cubrir con una capa generosa de crema y, a continuación, otra de bizcochos remojados (para mí dos capas de cada es lo ideal), terminando con otra capa abundante de crema. Meter en la nevera de un día para otro (se puede dejar un par de horas en el congelador y luego pasar a la nevera si no se tiene mucho tiempo) y, en el momento de servir, espolvorear generosamente con cacao en polvo. 

Cortar en porciones y servir... Mmmmm... Sin palabras... De verdad.



miércoles, 11 de enero de 2012

Bizcocho Ligero de Harina de Arroz (OV, SG)


Este es el primer bizcocho que hice después de que me diagnosticaron las intolerancias y antes de saber que podía consumir espelta. Después del shock inicial de darme cuenta de la cantidad de mis platos favoritos que llevaban ingredientes prohibidos, me puse a rastrear como loca en mis libros de cocina en busca de recetas aptas. Esta es una de ellas. Le tengo especial cariño porque me recuerda cómo veía las cosas en ese momento y lo que he aprendido en el camino. 

Actualmente suelo hacer los bizcochos con harina integral de arroz, ya que me gusta mucho cómo quedan y utilizo la harina de espelta o centeno para hacer panes y otras masas que necesitan levado o amasado. 

Esta receta es muy sencilla pero muy agradecida. El resultado es un bizcocho muy, muy ligero y esponjoso, además de bastante saludable, ya que no lleva grasas añadidas. Es ideal para acompañar un rico chocolate a la taza, cacao o café con leche.

INGREDIENTES:
- 125 gr de harina de arroz
- 125 gr de azúcar (panela)
- 250 gr de huevos (pesados con la cáscara, suelen ser 4 pero depende del tamaño)
- 2 cucharaditas de postre de aroma de azahar (o ralladura de limón o naranja)
- una pizca de sal

ELABORACIÓN:

Separar claras y yemas. Montar las claras y cuando estén ya bien firmes añadir 25 gr del azúcar y montar un poco más.

En otro bol montar las yemas con el resto del azúcar  con batidora de varillas durante unos minutos, hasta que la mezcla aumente bastante su volumen y al levantar las varillas caiga sobre sí misma como plegándose. Dejar reposar unos 10 minutos y agregar el aroma.

Mientras tanto, ponemos el horno a calentar a 170º, con calor inferior y superior y turbo.  A continuación preparamos el molde (yo he utilizado uno circular de 26 cm de diámetro pero si queremos que nos salga un bizcocho más alto, podemos utilizar uno de 24), engrasándolo y recubriéndolo con tiras de papel de horno (si utilizamos Pyrex, mi favorito para los bizcochos) para desmoldar con facilidad.

Añadir la sal a las yemas y batir un poco. Agregar la harina de arroz y mezclar bien (yo lo hago también con las varillas). Si en lugar de azahar se utiliza ralladura de limón, se puede añadir un poco de zumo en este momento para potenciar el sabor. Finalmente, agregar las claras montadas, primero una pequeña cantidad para aligerar la masa y luego el resto, en ambos casos se hace suavemente con movimientos envolventes para evitar que la masa pierda volumen (clave para que el bizcocho salga esponjoso). En este sentido, es muy útil el utensilio de madera que es como una pala o cuchara con un agujero en el centro.

Se vierte la masa en el molde y, si se quiere, se espolvorea con un poco de azúcar por encima.

Hornear durante unos 25-30 minutos pero como dependerá del horno, es mejor estar pendiente a partir de los 25 minutos y hacer la prueba del palillo.

Si no se ha espolvoreado de azúcar antes de hornear, se puede decorar con azúcar glas.




Esta receta ha sido tomada del libro "Enciclopedia Culinaria: Confitería y Repostería" de María Mestayer de Echagüe, Marquesa de Parabere. Ed. Espasa-Calpe.

La foto de la cuchara agujereada ha sido tomada de internet.

viernes, 6 de enero de 2012

Natillas de la Abuela (OV, SG)


Estas son las natillas que se han hecho desde siempre en mi familia. La receta es de mi abuela,  ahora las hace mi madre (¡buenísimas!) y también yo (actualmente, adaptadas a mis necesidades). Nos encantan a todos -incluso las "tuneadas", son un clásico en casa.  

Este es uno de esos postres que, en mi opinión, nunca hay que pedir en un restaurante. Son demasiado delicadas para que les compense hacerlas, así que cuando te las ofrecen, en la inmensísima mayoría de los casos son "de bote". Y cuando las haces en casa comprendes que las industriales son un burdo sustituto que se ha quedado a medio camino del original... Pensaréis que soy una exagerada pero os lo prometo, cuando veo a alguien pedir natillas, me da pena. Literalmente. Y lo pienso yo, que normalmente tengo que pasar sin postre cuando salgo a comer fuera. No, de esas natillas no me da ninguna envidia.

Os cuento algunas cosinas que he ido descubriendo por si os pueden ser útiles.

Para esta receta utilizo leche de almendra porque he visto que es la que más me gusta en las cremas. Consigue un sabor con bastante más cuerpo que otras leches vegetales, supongo que por la grasa de la almendra. A mí me gusta utilizar en la cocina leches vegetales neutras -sin aromas- y darle yo al plato el sabor que me interesa, es importante tenerlo en cuenta si utilizáis leches comerciales. Si consumís lácteos, para esta receta utilizad leche entera o semidesnatada (en cualquiera de los casos, mejor eco), nunca desnatada. Poder, se puede pero no es lo mismo. Los no-celíacos / no-intolerantes podéis usar harina de trigo.

Con estas proporciones de ingredientes (sin el agar-agar) salen unas natillas ligeritas. El alga, como podréis imaginar, no estaba en la receta de mi abuela, es un "tuneo" reciente de la nieta, y, por tanto, no imprescindible. Lo utilizo porque me gusta mucho la consistencia que le da siguiendo el procedimiento que indico y porque ayuda a estabilizar la crema. Las natillas se pueden cortar con cierta facilidad mientras se preparan y la leche de almendras casera, simplemente al calentarla, a veces, también. El hecho de utilizar un poco de harina mezclada con el azúcar (eso sí que ya era de mi abuela) y agar-agar contribuyen a evitar esto. (Por cierto, si hacéis la receta sin el alga y por cualquier razón se os cortan las natillas, ¡no las tiréis! a pesar de las apariencias, no perdáis la calma... Echadles el agar-agar a posteriori -dejando que hierva los minutos de rigor y removiendo bien y continuad como indico en la receta... ¡Quedarán impecables!)

Por último, creo que los veganos podéis jugar fácilmente con la receta y evitar los huevos  totalmente. Y si los bizcochos que se utilizan son sin gluten, el postre será apto para celíacos :)   

Y ya os dejo con la receta... estoy segura de que si probáis, ¡repetiréis! ;)


INGREDIENTES: (Para unas 6 personas)


- Unos bizcochos de soletilla (la cantidad va a depender del tipo de recipiente en que vayáis a servir las natillas)
- 1 l de leche natural de almendra (casera, sin aromatizantes)
- 9 cucharadas soperas de azúcar integral de caña (panela)
- 3 cucharadas soperas rasas de harina integral de arroz (eco)
- 3 huevos
- 1 rama de canela
- piel de limón (para esta cantidad yo he utilizado 1/2 limón, pero depende del gusto)
- 1 cucharada sopera de agar-agar en copos*


- 300 ml de agua
- 60 ml de brandy
- 4 cucharadas soperas de azúcar (panela)


* Por si alguien no lo ha utilizado nunca y tiene reparos al utilizar un alga en un postre, ¡tranquilos! es incolora, insípida, inodora y, por si fuera poco, tiene propiedades muy interesantes ;) Es la gelatina básica de la cocina vegetariana para platos dulces y salados. Tened en cuenta que la cantidad que hay que usar varía si es en copos (como la mía) o en polvo (más concentrada y, por tanto, se necesita menos).

ELABORACIÓN:


Empezamos por el almíbar. En un cazo ponemos el agua, el brandy y el azúcar, removiendo para que se integre todo bien. Dejamos hervir un ratín para que se mezclen bien los sabores y reservamos, dejando que enfríe.

Mientras tanto, del litro de leche sacamos una taza que ponemos a calentar en un cazo con la canela y el limón para que se impregne de su sabor.

En un bol mezclamos la harina y el azúcar. Si utilizamos panela tenemos que asegurarnos bien de que no nos quedan grumos en la mezcla.

Aparte, en otro bol, batimos los huevos. Agregamos la mezcla de harina y azúcar, mezclamos bien y, finalmente, la leche que nos queda, removiendo para integrar todo. Por último añadimos la leche aromatizada poco a poco y el agar-agar y colocamos en un bol al Baño María a fuego medio-bajo, removiendo bien con un batidor de mano para asegurarnos de que se disuelve el agar-agar. Dejar al fuego, removiendo continuamente, hasta que empieza a espesar un poco pero tener en cuenta que para que el agar-agar haga efecto ha de hervir unos 3-4 minutos. Esta parte del proceso es la más delicada, hay que hacerla con cariño y sin prisas   (no caigáis en la tentación del fuego máximo para acabar antes), incluso bajando un poco más el fuego si va demasiado fuerte.

Una vez listo, pasar por la batidora (parece que queda muy suelta la crema, pero no hay problema, al enfriar toma cuerpo) y reservar.

Para montar el postre utilizar recipientes de cristal y cubrir el fondo con los bizcochos. Empaparlos en el almíbar (cuánto depende del gusto de cada uno, a unos les gustan más enteros y a otros más "borrachos") y cubrir con las natillas. Dejar enfriar en la nevera y al servir decorar según vuestro gusto. A mí me encantan simplemente espolvoreadas de canela.

¡Mmmmm!





miércoles, 4 de enero de 2012

Bizcochos de Soletilla (OV)


Hace ya tiempo que había visto esta receta en el blog Pimienta Rosa y decidido que la haría en cuanto tuviese oportunidad. El paso a paso de dicho blog (no os lo perdáis), buenísimo, me dejó con la sensación de que tenían que ser muy fáciles de hacer, cosa que jamás me habría imaginado. Es cierto. Una elaboración sencillísima para un resultado especialmente bueno, con una textura muy suave y esponjosa y un sabor muy rico ¡a pesar de que no llevan nada que los aromatice! Estoy convencida de que tiene que ser por la panela, da un sabor buenísimo a todo. Estupendos por sí solos como merienda o desayuno o como base para preparar ricos postres... La verdad es que como en todo... intolerancias aparte, después de haberlos probado hechos en casa ¿Quién querría  volver a los comprados? ;P

INGREDIENTES: 
(Para unas 26 unidades de buen tamaño)
- 3 huevos, claras y yemas separadas
- 100 gr de azúcar integral de caña (panela)
- 75 gr de harina blanca de espelta (eco)*
- Panela (para espolvorear por encima)


* NOTA para celíacos: Yo he utilizado espelta pero creo que se podría utilizar harina de arroz sin problema, ya que produce muy buenos resultados en las masas de bizcocho en general.


ELABORACIÓN:

Precalentar el horno a 180º (yo he puesto calor inferior y superior con turbo).

En un bol montar las claras a punto de nieve. Cuando ya estén bastante firmes, añadir la mitad de la panela y continuar batiendo hasta integrarla totalmente.

En otro bol (más grande), batir las yemas con el resto del azúcar. Añadir un poco del merengue y mezclar con cuidado para evitar que baje. Una vez que tenemos una mezcla un poco más blanda, es el momento de incorporar el resto del merengue con la certeza de que las claras no perderán volumen (aún así, seguir haciéndolo con movimientos envolventes y suaves).

Agregar la harina, tamizada, y mezclar bien pero con cuidado.

Preparar la manga pastelera: Yo he utilizado una desechable con boquilla Wilton del 2A
Imagen tomada de Internet
pero se puede hacer simplemente cortando la punta de la manga para que quede de ese mismo grosor (1 cm de diámetro).

Meter la masa con cuidado en la manga (es blanda y pringa bastante si un@ se descuida) y formar los bizcochos (esta es la parte más divertida) sobre una bandeja de silicona (mi favorita) o una bandeja de horno cubierta de papel de hornear. Espolvorear con un poco de panela cada bizcocho y hornear durante 8-10 minutos (estad muy atent@s, ya que el punto dependerá del horno y se pueden pasar en un momento). Sacar cuando estén doraditos y esponjosos (los míos tienen un poco más de color por la panela).

Dejar enfriar sobre una rejilla pastelera...


... ¡Y a disfrutarlos! Las opciones son múltiples: con un café con leche (vegetal, claro) calentito, con un buen chocolate a la taza, o como base para postres (algunos irán apareciendo por el blog poco a poco)... ¡Campo abierto a la imaginación!